miércoles, 4 de enero de 2012

2011, decepciones y sorpresas

Después de un año de castigo autoimpuesto por todavía no sé qué, vuelvo a actualizar este blog musical de insuperable criterio donde imparto doctrina como Chuck Norris reparte hostias.

Este último año he seguido comprando discos como un enfermo, aunque puede que unos poquitos menos que en años anteriores. Sin embargo, he seguido escuchando tanta o más música. Pago cinco euritos al mes a Spotify y me compro únicamente aquello que me vuelve loco. La enfermedad sigue ahí pero me está saliendo un poquito más barata.

Es posible que 2011 sea el año en el que haya abrazado el tecno pop sin complejos. Sí, sí, el estilo que hace diez años o menos habría despreciado sin miramientos. Y aquí estoy, disfrutando con el chunda chunda.

Si en 2010 me atrapó "Illumination" de Miami Horror, el año que acaba de terminar ha sido el de Metronomy y su elegante "English Riviera"; el de Mendetz y su esperado tercer álbum, "Silly simphonies"; el de Cut Copy y "Zonoscope", la gran continuación de "In ghost colours"; el de M83 y su nueva entrega, "Hurry up, we're dreaming", o el de "Torches", el debut de Foster the People, quienes han sido agraciados con el favor del público y, por tanto, el desprecio de los críticos enteradillos.

2011 también ha sido el año del regreso de Fernando Alfaro con un buen disco que, pese a todo, se queda lejos de sus mejores obras. Sin embargo, muchos han visto en este trabajo del genio albaceteño, ahora en Barcelona, la obra maestra que no es. Y han visto en "Extintor de infiernos", la inacabable canción que lo abre, la joya que tampoco es. Le dan mil vueltas "Camisa hawaiana de fuerza" o "El dolor del miembro fantasma", por ejemplo. En cualquier caso, me alegro de que el reconocimiento general le vaya llegando poco a poco a Don Fernando, pese a que sea con uno de los peores discos de toda su trayectoria, lo que da un poco de rabia, la verdad.

Tampoco entiendo el tirón que ha tenido otro tema, "Sucumbir", con el que hay una especie de consenso sobre que es el mejor de "Polinesia meridional", último y gran larga duración de La Casa Azul. No comprendo qué ha visto el público en la canción más rollo Camela que ha hecho Guille en su vida. Es más, propongo a los Camela que la versionen, que la bordan seguro. Eso sí, el resto del disco, enorme.

Me pasó algo parecido con "El final de una quimera", del último disco que sacaron Surfin' Bichos, "El amigo de las tormentas". Un crítico apreció que la letra de la canción hablaba implícitamente del final de los Surfin' y todos se subieron al carro. No hace falta decir que "El final de una quimera" era la peor de aquel disco y, además, según dijo en su día Fernando Alfaro, no hablaba del final del grupo ni de pollas en vinagre. Y con "Qué nos va a pasar" de La Buena Vida, lo mismo. Encima, ésta fue elegida mejor canción del indie español de todos los tiempos por votación popular promovida por Radio 3. Para mí, cualquier tema de "Soidemersol" le da sopas con honda.

Por no hablar de "Presidente", para muchos uno de los mejores trabajos de Sr. Chinarro y para el que escribe esto una pequeña decepción y la confirmación de que Don Antonio Luque abraza la senda cantautoril. Alarma: es probable que se halle ante un camino sin retorno, por mucho look de cuarentón pasado de vueltas que se ha puesto. He de reconocer que en directo, las canciones de este disco ganan. Esperemos al siguiente, ya grabado y que está a punto de salir.

Quizá el equivocado sea yo. No lo descarto.

Sigamos con lo mejor del año pasado. Parade y La Bien Querida han firmado dos muy buenos discos este 2011. El del murciano, por lo novedoso de su propuesta, con baterías de verdad, guitarras... vamos, con banda. Temas como "No más rocanrol", "Transplutonia" o "Nunca bailo" demuestran que Don Antonio Galvañ está en plena forma. Por su parte, Labienque ha solventado con sobresaliente la difícil papeleta del segundo disco, tras un primero que fue un éxito de crítica y público, el mejor de su cosecha según muchas listas. "Fiesta", que es como se titula esta maravilla, es un discazo, para mí mejor que "Romancero", pero carece del factor sorpresa del debut y a ver quién se atreve a repetir las alabanzas que recibió aquél.



Sorpresas ha habido pocas. Quizás el primer disco de Reina Republicana nos ha hecho creer de nuevo en el pop, en las melodías pegadizas cantadas en español. Nudozurdo ha firmado un tercer CD irregular, como todo lo que hacen, aunque temas como "Mensajes muertos" valen por todo un disco. Roger Sincero, ex Happy Losers, ha firmado a sus 40 tacos una obra maestra de pop atemporal titulada "Nada pasará", con ecos de Teenage Fanclub, Nacha Pop y hasta de Duncan Dhu.




Una gran aparición en este 2011 ha sido la de El Genio Equivocado, sello de los Pin & Pon DJ's, a quienes desde ya tengo en un altar por, primero: montar un sello discográfico en los tiempos que corren. Segundo: por haber sacado a la luz el gran debut de Odio París, shoegaze made in Barcelona, con buenas letras y no tan parecido a Los Planetas como pueda parecer en un principio. Y tercero: por publicar "Solo y mal acompañado", estreno de Burrito Panza, grupo liderado por el ex Chucho Carlos Flan y con los ex Surfin' Bichos José Manuel Mora y Carlos Cuevas en sus filas. Un buen disco que presagia algo mejor todavía.

Christina Rosenvinge, y su maravilloso "La joven Dolores"; la irrupción de los murcianos Neuman, ex La Fábrica de la Luz, de los pamploneses Los Ginkas o del madrileño Luis Brea, que debuta en largo dentro de unos días; el quinto disco de Maga, "Satie contra Godzilla", una auténtica revelación, ya que éramos unos cuantos los que pensábamos que los sevillanos estaban de capa caída y este nuevo LP ha sido un puñetazo en la mesa de Miguel Rivera y cia; FAN, la primera referencia de Facto y los Amigos del Norte, el disco más divertido del pasado año y la demostración de que él ha sido el claro ganador en la escisión de su anterior grupo... En fin, 2011 ha sido un buen año de discos nacionales, sin duda.

De fuera, Bon Iver ha vuelto a hacer de las suyas con un discazo homónimo; la aparición de The Vaccines ha sido un soplo de aire fresco (toma tópico!!) y el tercer disco mediterráneo de Josh Rouse, ahora con los Long Vacations (también en Maderita: queremos nuevo disco ya!!), es una maravilla de principio a fin.




Noel Gallagher ha publicado su primera referencia como solista y ha superado todas las expectativas, al menos las mías. Suena tremendo y hay unas cuantas canciones que estarían entre lo mejor de Oasis, empezando por el single "The death of you and me", que suena a clásico. Fitz and the Tantrums, los reyes de la música negra clásica pero en 2011, han protagonizado otra de las revelaciones del año pasado con un disco, "Pickin' up the pieces", que parece un jukebox con patas por estar tan plagado de hits. Para mí, el gran CD de 2011.




Pero si hay que votar por la revelación a gran escala de la pasada campaña, yo doy mi sufragio por Janelle Monae, tanto por su disco, "The Archandroid", como por su directo. Pese a su pequeña estatura, la norteamericana ya es una grande.

Iba a hacer una lista, con su número uno y tal, pero después de la parrafada que he soltado creo que ya no tiene mucho sentido. Os quedáis sin lista, por listos. En unos días cuelgo una lista de reproducción en Spotify. Avisados quedáis.

martes, 4 de enero de 2011

Lo mejor de 2010 (nacional)

Los mejores discos nacionales de 2010, según el criterio (insuperable) de Astrobuzo:


01. MADERITA. "Vivir para creer".




02. TACHENKO. "Os reís porque sois jóvenes".


03. KLAUS & KINSKI. "Tierra trágalos".




04. KIKO VENENO. "Dice la gente".




05. BIGOTT. "This is the beginning of a beautiful friendship".


06. POLOCK. "Getting down from the trees".
07. MARÍA RODÉS. "Una forma de hablar".
08. NAPOLEÓN SOLO. "Napoleón solo en la ópera".
09. LORI MEYERS. "Cuando el destino nos alcance".
10. TULSA. "Espera la pálida".
11. MAGA. "A la hora del sol".
12. ASTRUD & COL.LECTIU BROSA. "Lo nuevo".
13. ANDRÉS CALAMARO. "On the rock".
14. WILD HONEY. "Epic handshackes ana a bear hug"
15. JOAN COLOMO. "Contra todo pronóstico".
16. DELOREAN. "Subiza"
17. STANDSTILL. "Adelante Bonaparte".
18. LOS PLANETAS. "Una ópera egipcia".
19. THE BALTIC SEA. "El gran blanco".
20. REFREE. "Matilda". Marxophone.
21. NACHO GOBERNA. "Un bosque de té verde"
22. ELLOS. "Cardiopatía severa".
23. DELAFÉ Y LAS FLORES AZULES. "Vs. las trompetas de la muerte".
24. ROSVITA. "Grandes tormentos".
25. TANIA HEAD. "Canciones para ésta".

martes, 16 de noviembre de 2010

Calamaro y Marxophone


Llevo un par de semanas en que pocas cosas me han llamado la atención en lo musical. He tenido que volver al último de Calamaro, "On the rock", que aunque es algo irregular tiene tres o cuatro temazos. Como esa maravilla que lo abre, "Barcos", con el Cigala al cante y Niño Josele a las seis cuerdas. Luego está "Te extraño", que es otra gran canción. Y qué decir de "Tres marías", la canción que nos ha devuelto a los mejores Fabulosos Cadillacs, los de "El león". E incluso el single, "Los divinos", me parece como mínimo un tema muy efectivo y adictivo. Lo bueno de este disco es que supone otro renacer de Don Andrés después de esos discos flojetes que fueron "El palacio de las flores" y "La lengua popular". No voy a caer en otra exageración -que soy muy dado a ellas- y decir que "On the rock" está a la altura de la cima del hispano-argentino ("Honestidad brutal"). Digamos que hay pinceladas de genialidad, lo que a estas alturas, y después de dos álbumes fallidos, es más que bastante.


Mi desconexión del mundo ha provocado que me haya enterado hace unos pocos días de que Fernando Alfaro, Nacho Vegas, Refree y Juan Santaner han creado un sello, cooperativa musical o como se le quiera llamar, para sacar sus discos y ser propietarios de los mismos. Se llama Marxophone y me juego un euro a que el nombre es obra de Alfaro, fan de los juegos de palabras. En este caso se trata de mezclar Marx, por lo revolucionario, y Parlophone, el mítico sello. El nombre de Limbo Starr, casa donde sacaron sus discos Maga, Nacho Vegas y, actualmente, Tachenko, fue también cosa del albaceteño.
La cosa tiene buena pinta. Los tres, artistas consagrados, unen fuerzas para tomar las riendas de su producción musical, y se apoyan en un cuarto, Santaner, responsable de la agencia de contratación y promotora I'm An Artist, con probada experiencia en este campo. Él será el encargado de la logística. No sabe en el lío que se ha metido...

Aquí os dejo el manifiesto que han hecho estos cuatro pirados, que lo explican todo mucho mejor que yo:

“España jamás ha adoptado la moderna moda francesa consistente en comenzar y realizar una revolución en tres días”.Carlos Marx (“New York Daily Tribune”, 9 de septiembre de 1854)
Tiene gracia. Aunque sabíamos que todo esto, o al menos algo parecido, iba a ocurrir, no habíamos sido capaces de convertirlo en algo concreto. Sin embargo, la realidad, tozuda como siempre, nos ha ido empujando y uniendo a distintos músicos en una idea parecida, en principio abstracta, muy vaga, sin nombre. Sin que apenas nos diéramos cuenta. Lentamente. Sin una intención predeterminada. Pero ha ocurrido. Estamos aquí. Hemos llegado. Por fin. Hagamos historia. Desde hace años, cada vez se nos hacía más complicado perder tiempo y energías en discusiones, dudas y esperas. Innecesarias, agotadoras y casi siempre relacionadas con eso de fabricar discos. No era un problema con los sellos discográficos en general ni con las personas que se encargan de ellos, todas maravillosas, sino con la idea de sello en sí misma. Con su concepto. ¿Está agotado? Sinceramente, ¿es imprescindible tener un sello a estas alturas? ¿Son una ayuda o se han convertido en un obstáculo? Así que, entre cerveza y cerveza, aquella noche en Barcelona, empezamos a hablar de autoeditarnos, de arriesgar, de volver a un momento fundacional, primitivo y atrayente. Autoeditarnos. Sonaba bien. Tomar decisiones. No esperar. Que las canciones fueran nuestras y de nadie más. No entrar en aburridas espirales sin salida, no esperar a unos royalties que en realidad nunca han existido ni existirán, sino tomar las riendas de nuestra propia obra. Preparar las canciones y grabar un disco sin mirar el calendario. Trabajar. Autoeditarse. Sonaba bien. No, no traigas cerveza, mejor trae ya el vino. Pero, claro, había un problema, formulado siempre en forma de tópico: “los artistas no saben controlar sus negocios”. Bueno, ¡algunos sí! Y no es el lugar de explicar quiénes. Pero era cierto. No tenemos demasiado tiempo para encargarnos de la logística necesaria para editar un disco y para que la gente sepa al menos que lo hemos editado. La fabricación. La promoción. Eso asusta, y no tiene nada que ver con nuestro trabajo. Pero podían hacerlo los de I’m An Artist, que han participado en muchas de esas neblinosas conversaciones de bar sobre lo divino y lo humano, sobre la edición y la autoedición, sobre si la industria musical tiene algún futuro o debe reinventarse desde la base. Y están con nosotros y tienen ganas de lanzarse. Hecho. Aquí estamos, en plena revolución, o simplemente en una modesta reforma (la discusión entre revolucionarios y reformistas también es eterna y apasionante y da mucho juego), preparados para experimentar y pensar en reinventar el negocio. Decidido. Como el nombre, y mira que ha costado encontrar un nombre. Este colectivo se va a llamar Marxophone, algo entre Parlophone y la revolución. Marxophone. Hecho. Nos vamos a autoeditar. Y nos gusta. Y empezamos ya, el 15 de noviembre, con ‘Matilda’, el nuevo disco de Refree. Que no nos pase nada. Gracias a todos”.

A ver qué tal sale todo, que estas aventuras no suelen acabar muy bien. Qué ganas tengo de un nuevo disco de Fernando Alfaro. Ellos hablan de que es el momento de aprovechar la ola, como un buen nadador. Os dejo una versión que hace Alfaro, Enric Montefusco (Standstill) y Juan Luis Salmerón (La Muñeca de Sal) de "El nadador", mítico tema de Radio Futura.

Fernando Alfaro, Enric Montefusco y Juan Luis Salmerón hacen "El nadador" from Sesiones Telescopicas on Vimeo.

sábado, 30 de octubre de 2010

El otro canon

Acabo de leer que Xoel López no llenó anoche el teatro Circo Price de Madrid. Los de la web de la revista Rolling Stone calculan que había tres cuartos de entrada, aunque en su crónica estiman que había unos 600 espectadores, cuando se trata de un recinto en el que pueden caber casi 2.000. Los precios de los tickets oscilaban entre los 25 y los 35 euros. Se puede decir que el ex Elephant Band y ex Deluxe pinchó con su ambiciosa propuesta, Xoel López y la Caravana Americana, en Madrid.

Hace un par de semanas también tocó Kiko Veneno en Madrid. Venía a presentar "Dice la gente", su flamante nuevo álbum, ése en el que el autor de "Échate un cantecito" -quizá su obra maestra- se ha vuelto a descubrir como un genial compositor. En el Teatro Canal, lugar donde se desarrolló el evento, no había ni tres cuartos del aforo, que es de unas 900 localidades. El precio de las entradas estaba entre los 30 euros del anfiteatro a los 35 del patio de butacas. Se puede decir que el ex Veneno también pinchó ligeramente, pese que nos brindó un gran concierto -yo estuve allí-.

El pasado fin de semana, Love of Lesbian (en la foto) llenaron un teatro de Pozuelo de Alarcón (Madrid) de casi 600 butacas. Las entradas costaban 10 euros. Puede decirse que los autores de "Maniobras de escapismo" cosecharon un gran éxito.

Cuento todo esto porque creo que la piratería en internet está haciendo mucho más daño del previsto. Todos hemos escuchado eso de que el dinero que se pierde por los cada vez menores ingresos por venta de discos se va a recuperar con las actuaciones en directo. La idea es sencilla: todo el mundo puede bajar gratis mi disco por internet y, por tanto, tendré mucho más público potencial que puede venir a mis conciertos. Si no lo prohíben las leyes, la gente va a seguir descargándose impunemente discos a través de internet. Y como colarse en un concierto es mucho más difícil, parece que desde hace unos años el foco del negocio musical se ha puesto casi exclusivamente sobre las actuaciones en directo. Ante este panorama, los lumbreras de la industria musical han debido pensar: si antes cobrábamos 20 euros por entrada, ¿por qué no cobrar ahora 30 ó 35 euros por lo mismo?

Pues eso es lo que parece que está sucediendo. De repente los conciertos se han vuelto muy caros por gracia de un supuesto canon indiscriminado sobre las entradas mucho más pernicioso para el consumidor de música que el canon aprobado por las Cortes y ahora declarado parcialmente ilegal por Bruselas. Pero la gente no está dispuesta a pagar lo que sea por ir a un concierto. Aquí sólo tienen el lleno asegurado unos cuantos elegidos; el resto, a funcionar bajo la ley de la oferta y la demanda.

Os hablo de una experiencia reciente. Hace tres o cuatro semanas me compré el nuevo disco de Kiko Veneno: más de 16 euros. Poco después, flipado con las nuevas canciones del genio andaluz, me dejé 35 euros, más 2 de gastos de gestión, en la entrada de su concierto de Madrid. En total, han sido más de 52 euros, unas 8.600 pelas, por escuchar y ver a uno de mis artistas favoritos. Un poco caro, ¿no? Lo más sangrante de todo es que el propio Kiko Veneno decía en una entrevista un poco llorona en El Mundo, el mismo día de su actuación, que "no es fácil pagar 15 ó 20 euros por una entrada". Mucho menos pagar 35, amigo. Así pasó lo que pasó: que no estaban viéndote todos los que tenían que estar.

Su concierto en el Teatro Canal terminó con "La rumba de la crisis". Y es que también hay crisis en general, no sólo en el negocio musical. Se me olvidaba.

miércoles, 27 de octubre de 2010

El fin del mundo

Pararse de vez en cuando en La 2 tiene sus recompensas. Ayer me topé con un programa que entrevistaba a videoartistas y allí estaba Querido Antonio, alias de Alberto González Vázquez, al que hasta ayer no conocía pero que hoy, como tío enrollado que soy, haré como que le conozco de toda la vida. Pues bien, este es el hombre que hace los vídeos manipulados de El Intermedio, lo único realmente gracioso de ese programa. A veces he llorado de la risa con alguno de estos sketches. También ha hecho un par de vídeos de los Punsetes. Os dejo con una obra maestra que quedó finalista en el último Notodofilmfest y con la que me he tronchado yo solito. Ay! qué risión.

jueves, 21 de octubre de 2010

Let's get out of here

Desde que el mundo es mundo, con la música tengo ciclos, como los equipos de fútbol. A lo largo de un año hay épocas en las que me apetecen cosas más electrónicas; otras en las que me va más el rollo intimista y momentos en los que prefiero que guitarras saturadas me abrasen los oídos. Creo que ahora estoy en esta última fase.


Tras un verano en el que me ha tirado más el pachangueo y las canciones bailables y pegadizas, que si no suenan en los 40 es porque hay mucho incauto suelto, ahora, en otoño, me apetece guitarreo puro y duro. Desde siempre, la estación de las hojas por el suelo es más propicia para las canciones tristes, intimistas... Para esas tonadas que en otras épocas del año te parecen un soberano coñazo y que nunca, jamás te las pones en el coche porque te puedes dormir y darte un castañazo. Ejemplos, unos cuantos: Maximilian Hecker, Antony & The Jonhnsons, Bon Iver o Iron & Wine...


Pero no es el primer otoño que me da por cosas más rockeras. En este estado en el que me encuentro me está sabiendo a gloria "Root for ruin", el último de Les Savy Fav. Dicen que se parecen mucho a los Pixies. También dicen que fueron la influencia decisiva para que Bloc Party dieran con el sonido de su increíble primer disco, "Silent alarm". El caso es que no son unos recién llegados. Se trata de un grupo que nació en 1995 y que tiene unos cuantos discos a sus espaldas, el primero de 1997. "Root for ruin", que salió el pasado mes de agosto, es el quinto álbum de los neoyorquinos.

Les Savy Fav se han hecho famosos por sus espectaculares directos, en los que el protagonista indiscutible es su cantante, Tim Harrington, y sus idas de olla. Los que les vieron en el pasado Primavera Sound todavía lo están saboreando.

Y que no me puedo quitar de la cabeza "Let's get out of here"...
Os dejo una versión acústica del temita donde podéis comprobar que este hombre está muy cuerdo:

miércoles, 13 de octubre de 2010

Burke, Alexandre, Arteche

Vaya tres pérdidas en apenas cuatro días. El fin de semana se nos iba Solomon Burke, extraordinario cantante de soul al que tuve la suerte de ver en directo hace unos años en el Viajazz de Villalba en un auténtico conciertazo. Fue una actuación al aire libre y le recuerdo cantando como los ángeles, siempre sentado (estaba como una vaca) y actuando como si fuera el mismísimo Papa de Roma: al final, mientras él seguía sentado en su trono y la banda no paraba de tocar, la gente le acercaba a sus hijos, algunos bebés, y él los besaba en la cabeza. He leído por ahí que era predicador.

Ayer, otra trágica noticia: Manuel Alexandre nos dejaba. Un hombre entrañable y gran actor, probablemente el mejor secundario del cine español, con permiso de Agustín González. Su papel de Don Mati en "La guerra de los niños", una de las película de Parchís, es de Oscar™.

Y hoy me entero de que el gran Juan Carlos Arteche también se nos ha ido. Era el central del Atleti cuando yo era pequeñín y mi padre comenzó a llevarme al Calderón. Él y Miguel Ángel Ruiz, con Balbino y alguno otro más, formaban una gran defensa. También recuerdo que fue el primero que tuvo el valor de plantarle cara a Jesús Gil, a pesar de que ello le valió ser despedido fulminantemente. Él fue el primero que se dio cuenta de que el gordo mafioso iba a ser un cáncer para el Atlético. A ver si ajustan cuentas en el cielo, aunque me da que el Gilito, después de todas las que hizo, no debe estar allí precisamente...